Comunicado. Prevenir es más que un acto de autocuidado, es una decisión estratégica que puede cambiar el rumbo de La salud y economía personal. En un contexto donde las enfermedades metabólicas y crónicas afectan a millones de personas en México, los especialistas alertan sobre la necesidad de adoptar un enfoque preventivo que permita reducir no solo el sufrimiento físico, sino también el impacto financiero que conlleva no atenderse a tiempo.
Claudia Larrauri, nutrióloga clínica y especialista en Obesidad y Enfermedades Metabólicas de la Clínica VitaHealth, señaló que la mayoría de los pacientes llegan a consulta cuando ya presentan complicaciones asociadas al sobrepeso, la obesidad o enfermedades como diabetes tipo 2, hipertensión arterial y dislipidemias. En ese punto, el tratamiento se vuelve más complejo, prolongado y costoso.
Los costos económicos de no prevenir son contundentes. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), una persona diagnosticada con diabetes tipo 2 puede gastar entre 18 mil y 25 mil pesos anuales, y hasta el doble si presenta complicaciones como pie diabético, insuficiencia renal o pérdida de la visión. A esto se suman gastos indirectos como traslados, análisis clínicos, pérdida de productividad y ausencias laborales.
En cambio, un programa preventivo integral, que combine consulta médica, evaluación nutricional, estudios clínicos básicos y educación en hábitos saludables, puede costar menos de un tercio de ese gasto anual. Y, lo más importante, puede evitar que la enfermedad avance.
Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) estima que los costos directos en salud atribuibles al sobrepeso y la obesidad podrían alcanzar hasta 240 mil mdp anuales para 2050 si no se fortalecen las estrategias de prevención y tratamiento oportuno.
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