Comunicado. La salud mental dejó de ser un beneficio adicional para convertirse en una prioridad. Cada vez más empresas reconocen que empieza en el entorno laboral, el espacio donde pasamos buena parte de nuestra vida.
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora el 10 de octubre, WeWork resalta que los espacios flexibles y colaborativos pueden ser aliados clave para reducir el estrés y fomentar una cultura de equilibrio y productividad sostenida.
De acuerdo con el estudio “IA y presencialidad: el nuevo panorama laboral”, realizado por WeWork y PageGroup, el 67% de las personas en México considera que el regreso estructurado a las oficinas ha mejorado su equilibrio vida-trabajo y su dinámica de equipo. Esto demuestra que los espacios físicos siguen siendo un pilar del bienestar emocional, especialmente cuando promueven el sentido de comunidad.
“El bienestar en el trabajo va mucho más allá de contar con un escritorio cómodo. Significa crear experiencias que reduzcan el estrés, inspiren la creatividad y fortalezcan conexiones auténticas. Cuando los colaboradores se sienten valorados y pueden desarrollar su potencial, la oficina se convierte en un espacio cómodo. Fomentar ese bienestar es una inversión empresarial que impulsa la productividad, la innovación y un mejor clima organizacional”, comentó Claudio Hidalgo, presidente de WeWork en Latinoamérica.
De acuerdo con la OMS, cerca del 15% de los adultos en edad laboral vive con algún trastorno mental, y cada año se pierden 12 mil millones de días de trabajo a causa de la depresión y la ansiedad. Estos datos evidencian que un entorno laboral agradable puede promover un mayor bienestar, confianza, propósito y sentido de pertenencia.
Con el retorno a las oficinas flexibles, cuidar la mente y el cuerpo se ha vuelto un acto de equilibrio diario. WeWork comparte algunas prácticas simples que pueden transformar y aligerar una jornada laboral:
- Micro-pausas activas. Levantarse, estirarse o caminar cada hora mejora la concentración y la salud muscular.
- Espacios ergonómicos. Ajustar la altura de la silla o el monitor ayuda a prevenir lesiones y fatiga.
- Luz natural y plantas. La luz natural, los espacios verdes, las zonas de descanso, el acceso a servicios de bienestar y la posibilidad de elegir dónde y cómo trabajar, favorecen la concentración y reducen los niveles de estrés.
- Zonas de descanso. Separar el espacio de trabajo del de relajación, incluso de forma simbólica, favorece la desconexión mental.
- Mindfulness entre reuniones. Ejercicios de respiración o meditación breve (3-5 minutos) ayudan a recuperar foco y calma.
- Nutrición inteligente. Mantener snacks saludables y buena hidratación evita caídas de energía.
- Límites claros. Respetar horarios de inicio y cierre de jornada es esencial.
“Un espacio saludable no solo implica cumplir horarios, sino de encontrar equilibrio entre la vida personal y profesional, sentirse escuchados y crecer. Crear oficinas que inspiren equilibrio es invertir en salud mental colectiva”, concluyó Hidalgo.
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