Comunicado. El sector farmacéutico es uno de los más dinámicos y estratégicos para la economía mexicana. México se consolida hoy como el segundo mercado más grande de América Latina, sede de 14 de las 15 principales compañías globales y un polo de atracción para nuevas inversiones que, en el marco del Plan México, superan los 12 mil mdp.
Las ventajas competitivas en materia de ubicación geográfica y personal calificado han impulsado el crecimiento de la industria en los últimos años. Sin embargo, también existen retos por atender: la presión regulatoria, el estrés hídrico que enfrenta el país y la creciente demanda social por operaciones más limpias obligan a la industria a replantear la manera en que gestiona recursos críticos como el agua y los residuos.
En este contexto, Veolia México organizó la mesa de análisis “Impulsando la sostenibilidad farmacéutica: Retos y soluciones innovadoras en agua y residuos”, un espacio de diálogo entre líderes de la industria y expertos en gestión ambiental para reflexionar sobre cómo el sector puede responder a los nuevos desafíos ambientales.
El cumplimiento ambiental ha dejado de ser únicamente una obligación normativa, tiene que partir de una estrategia de sostenibilidad, entendida como una ventaja competitiva que orienta cómo producir de mejor manera. En México, algunas plantas farmacéuticas ya operan circuitos cerrados capaces de reutilizar hasta el 85% del agua en sus procesos productivos y de eliminar principios activos de las descargas mediante biorreactores de membrana.
“Tecnologías avanzadas como la ósmosis inversa, la ultrafiltración y la nanotecnología permiten recuperar agua de alta calidad, mientras que herramientas digitales como el big data y la inteligencia artificial —a través de plataformas como Hubgrade de Veolia— ayudan a monitorear consumos, detectar fugas y anticipar escenarios de estacionalidad”, comentó Ricardo Reyes, director de Operaciones en Veolia México.
En paralelo, la gestión de residuos farmacéuticos se ha convertido en un tema de gran impacto. Programas como los impulsados por el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases de Medicamentos (SINGREM) han avanzado en la recolección y disposición adecuada de medicamentos caducos, previniendo riesgos de contaminación ambiental y de salud pública.
“Estimamos que, en México, alrededor del 2% de los medicamentos se llegan a caducar, y actualmente recolectamos entre el 25% y el 30% de ese total. Hoy somos la única organización —como asociación civil— dedicada a esta labor, pero aun así no todos los laboratorios apoyan: el 50% está adherido al programa y el otro 50% no. Sin embargo, con la participación de todos los actores, podríamos superar el 50% de recuperación de medicamentos caducos a nivel nacional en un par de años”, señaló José Antonio Aedo, director general de SINGREM.
Estos avances también se reflejan en la adopción de estrategias sostenibles por parte de la propia industria. Empresas como Pfizer y Psicofarma ya aplican modelos que abarcan desde la eficiencia energética hasta la gestión responsable del agua y los residuos. En el caso de las farmacéuticas transnacionales, como Pfizer, estas acciones se potencian al cumplir con estándares internacionales, mientras que compañías nacionales como Psicofarma impulsan iniciativas clave desde su propio contexto regulatorio y operativo.
“En Pfizer contamos con una estrategia integral que abarca medición, reducción y uso responsable del agua. En México, los programas de sostenibilidad son voluntarios; sin embargo, participamos en todos, trabajamos con proveedores auditados que garantizan valor a nuestros stakeholders y avanzamos en la reducción de emisiones con proyectos piloto de movilidad eléctrica en más de 10 mercados”, señaló Lorein Santillán, Líder de Environmental Health & Security para Pfizer Latam.
En este mismo sentido, Psicofarma ha puesto en marcha medidas de cogeneración que reducen su consumo energético de la red y, de manera indirecta, su huella hídrica. “Uno de los principales retos para empresas nacionales es que los cambios en equipos y procesos requieren autorizaciones regulatorias que toman tiempo. Aun así, invertir en sostenibilidad genera beneficios operativos y reduce costos a largo plazo”, destacó Perla Castillo, gerente de Administración de Proyectos de Psicofarma.
Alcanzar una sostenibilidad real requiere construir alianzas estratégicas. La colaboración entre laboratorios, proveedores especializados, aliados expertos ambientales y reguladores está permitiendo escalar proyectos de economía circular y trazabilidad digital, como plataformas IoT que monitorean en tiempo real la recuperación de materiales y la eficiencia hídrica. Estos modelos impulsan la transformación del sector y posicionan a México como un líder regional y referente global en prácticas sostenibles dentro de la industria farmacéutica.
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