Agencias. Pascal Soriot, presidente ejecutivo de la farmacéutica AstraZeneca, informó que podría dejar el negocio de las vacunas en el largo plazo, lo que evidencia cuán rápido ha cambiado el panorama para el fabricante de medicamentos que produjo una de las primeras inyecciones contra el Covid-19.
Los retrasos en la producción, las investigaciones de los reguladores después de casos raros de efectos secundarios graves y las preocupaciones sobre su vida útil relativamente corta en comparación con otras inyecciones han obstaculizado la incursión de AstraZeneca en el tratamiento del Covid-19.
Ahora, en el tercer año de la pandemia con un exceso de suministro mundial de vacunas, su uso ha disminuido en gran parte del mundo desarrollado ya que los países han inoculado a un gran número de personas y prefieren las fórmulas ARNm de Pfizer y Moderna como refuerzos. Cabe mencionar que la vacuna contra el Covid-19 de AstraZeneca aún no ha obtenido la aprobación de Estados Unidos.
La compañía informó que está ampliando su cartera de terapias con anticuerpos, incluso contra el Covid-19, el virus respiratorio sincitial (RSV) y otras condiciones, dijo Soriot.
Pero sobre el futuro de su negocio de las vacunas contra el Covid-19, sostuvo: “No puedo estar seguro de que vayamos a quedarnos ahí” y también dijo que no sabe si AstraZeneca ampliaría su lista de vacunas para otras infecciones, puesto que la compañía está evaluando el asunto.
La compañía creó una división separada para sus vacunas y terapias con anticuerpos a fines del año pasado. Aun así, Soriot dijo que no lamentaba el trabajo de la compañía con la Universidad de Oxford para desarrollar una vacuna contra el Covid-19, dado que habían entregado miles de millones de dosis y salvado aproximadamente seis millones de vidas en el mundo. La inyección fue el segundo producto más vendido de AstraZeneca en 2021, con ventas por 3,900 mdd.
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